Pensaba que mi etapa universitaria iba a proporcionarme los mejores recuerdos de mi vida y que cuando fuese mayor, felizmente volvería a ellos con un álbum de fotos entre las manos y una sonrisa de oreja a oreja, dejando al descubierto mi dentadura postiza. Además contaba con que el ser miembro de una tuna me iba a abrir muchas puertas, ya que me permitiría viajar, socializarme, aprender a tocar un instrumento, en fin, hacer algo más divertido que pasarme las tardes estudiando. Pero cuando detrás de ese periodo de vida tan atractivo te encuentras con un suceso que lo hace oscurecer, tal vez ya no veas las capas con tantas cintas de colores. |