Cuando Pablo tenía 8 años sorprendió a su padre con una pintura que superaba la suya, y por ello el padre, que era profesor de arte, le cedió sus pinceles y decidió nunca más pintar . . . Pero esta historia tiene un comienzo bien distinto que no se narra en los libros de historia, y Picasso le debía su creatividad a un gran secreto. ¿Estáis reparados para la nueva actividad de ocio Malagueña?
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